SEÁMOS GENEROSOS

SEÁMOS GENEROSOS
Viernes 29 de enero 2021 pastor Adolfo Membreño Pereira

Proverbios 28:27 «El que da al pobre no tendrá pobreza; Mas el que aparta sus ojos tendrá muchas maldiciones.»

Nada se puede comparar a las satisfacción de dar. Desprender de nosotros una parte de lo que Dios nos ha dado, para compartir con otra persona que necesita. Si damos de corazón hay un sentimiento de gozo y paz en nosotros. Jesús dijo: «Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir» (Lucas 6:38). Es una regla de oro.

Las enseñanzas de Dios tienen el propósito de bendecirnos. Es necesario que aprendamos a rechazar la mezquindad, la codicia y la avaricia; sentimientos que vienen de Satanás, y que todos sentimos eventualmente, debido a nuestra naturaleza de pecado. La Biblia dice: Bienaventurado el que piensa en el pobre; En el día malo lo librará Jehová. Jehová lo guardará, y le dará vida; Será bienaventurado en la tierra,y no lo entregarás a la voluntad de sus enemigos.(Salmos 41:1-5). Solamente allí tenemos cinco promesas de bendición y protección para nosotros. ¿No es maravilloso?

Son prósperos aquellos que son generosos y tienen suficiente amor para dar en abundancia, o darse a sí mismos, ayudando con su propio trabajo profesional y poniendolo al servicio de algun hermano en necesidad o de la iglesia misma. «El alma generosa será prosperada; Y el que saciare, él también será saciado» (Proverbios 11:25). Si aprendemos a ser generosos con los demás, seremos como árboles plantados junto a aguas (Salmos 1:3).

En una ocasión Jesús quiso bendecir a un joven rico que ya cumplía con los mandamientos de la Ley, pero le faltaba algo: «Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo;…» (Marcos 10:21). «Pero él, afligido por esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones» (V.22). Jesús nos enseñó: «Al que te pida, dale…»(Mateo 5:42). Ese mensaje es para todos: POBRES O RICOS. No pases de largo, ni apartes tu mirada del necesitado, para que la gracia de Dios te cobije siempre.