LA PRUEBA DE NUESTRA FE

LA PRUEBA DE NUESTRA FE
Martes 12 enero.
Pastor Adolfo Membreño
1 Pedro 5:7 – «Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros».
Muchos de nosotros quisieramos ser hombres y mujeres de fe como los que aparecen en Hebreos capitulo once, pero debemos saber que ellos pasaron por grandes sufrimientos, conflictos y reveces, mientras Dios probaba su fe. Dios quiere que sus hijos aprendamos a vivir por fe. Pablo cita las palabras del profeta Habacuc, escribiendo a los Romanos: «El Justo por la fe vivirá» (Habacuc 2:4 – Romanos 1:17). De manera que cuando la prueba nos toca a nosotros, no tenemos que echarle la culpa al diablo y reprenderlo como solemos hacer. Debemos orar a Dios que nos ayude a pasar la prueba para afirmar nuestra fe. Recordemos que satanás no puede hacer nada a los cristianos sin el consentimiento expreso de nuestro Dios.

Si nos enojamos o nos entristecemos cada vez que algo malo nos pasa, no estamos listos para que nuestra fe sea probada. La Biblia dice: «Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia» (Santiago 1:2-3). El apóstol Pedro explica que nuestra fe es valiosísima y que debemos enriquecerla: «… aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado
Jesucristo» (1 Pedro 1:6-7).

Aprender a resistir la prueba requiere de un esfuerzo personal y dominio propio, el cual poseemos los creyentes: «Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio» (2 Timoteo 1:7). El Señor insiste que estará siempre con nosotros: «No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. (Isaías 41:10). Que se aliente tu corazón cuando venga cualquier prueba, invoca al Señor y pídele salir victorioso. «Todo lo puedo en Cristo que me fortalece» (Filipenses 4:13).