LA MADUREZ ESPIRITUAL

LA MADUREZ ESPIRITUAL
Lunes 11 enero
2 Timoteo 3:16-17
Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.

Hay un camino largo que recorrer. Conocimos a Cristo, estamos en la iglesia, el siguiente paso es nuestro crecimiento personal, espiritual. Leer la Biblia, oír el mensaje de la Palabra con interes, hacer preguntas y tener comunión con los hermanos nos hará subir un escalon de la grada espiritual que conduce al varón perfecto. Jesús dijo: “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.” (Mateo 5:48). Seguramente jamás seremos perfectos como el Padre. Ser perfecto en la Biblia no es precisamente “ser intachable”, la palabra perfecto viene del griego “telios”, que describe a alguien que ha alcanzado la MADUREZ ESPIRITUAL.

Muchos piensan que los creyentes MADUROS son los que tienen muchos años de estar en la iglesia, Pero realmente, no son las muchas obras o tu fidelidad a la iglesia lo que te hace maduro, sino la templanza, cordura y experiencia que has adquirido durante tu vida espiritual. Cuando te ofenden, hablan tras tí, te traicionan, pero tú, simplemente actuas con amor, amor ágape (1Corintios 13), y déjas pasar la ofensa. «La cordura del hombre detiene su furor, Y su honra es pasar por alto la ofensa» (Proverbios 19:11). Una persona que está construyendo su vida espiritual en Cristo ya no toma leche en biberón, sino que se alimenta de la Paz que solo Cristo da. “pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que POR EL USO [Experiencia], tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal” (Hebreos 5:14).

Una persona madura no hace nada por envidia, no ve principalmente lo malo en una persona, sus ojos desean ver a los demás tal como Dios los ve. Quien tiene madurez espiritual siempre es un voluntario, bendice y no maldice, reconoce sus propios errores y pide disculpas, no deja de leer y citar las escrituras y ora en todo tiempo. La Biblia clama: “Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás.” (1 Pedro 1:10).